Las deficiencias auditivas, también denominadas pérdidas auditivas o hipoacusias, aparecen cuando hay un problema en los oídos o en una de las partes que facilitan la audición.
Una persona con una deficiencia auditiva puede ser capaz de oír algunos sonidos o puede no oír nada en absoluto.
La palabra deficiencia significa que algo no está funcionando correctamente o tan bien como debería.
Cómo puedo saber si mi hijo oye bien
Según algunos especialistas, a los niños se les puede detectar una posible sordera a partir de los 2 o 3 años de edad. Además cuando se trata de unos niños es más cómodo notar alguna dificultad en este sentido porque el problema normalmente altera su comportamiento. Él dejará de contestar a las llamadas de sus padres, pedirá que aumenten el volumen de la tele, del aparato de música, y eso también influirá en su trabajo en el colegio, como también en su conducta. Se mostrará más reservado, recluido, porque se sentirá inseguro.
Existen algunas señales y situaciones en las que los padres pueden sospechar cuando algo no va bien:
Ejemplos:
1- Cuando un bebé recién nacido no muestra sobresalto ni se despierta ante cualquier ruido del ambiente.
2- Cuando los niños hacen mucho ruido durante los juegos.
3- Cuando un bebé, de más de 3 meses, no se vuelve al llamarlo.
4- Cuando un bebé de aproximadamente 1 año no empieza a hablar.
5- Cuando un niño, en su primer año de vida, no balbucea ni se vuelve o contesta ante los sonidos y las llamadas normales.
6- Cuando a los 2 años de edad, aún no dice papá ni mamá.
7- Cuando un niño, de 3 años de edad, no dice palabras, sino que emite ruidos que no se entienden.
8- Cuando no es capaz de repetir frases de más de dos palabras.
9- Cuando a los 4 años de edad, no sabe contarnos espontáneamente lo que pasa.